Imagen: Libro "Umbral". Una invitación a soñar de Ana Luisa Muñoz Flores. alumuflores
Este libro es la obra de una mujer chilena que está preocupada por el destino de la humanidad. La mujer chilena que lo escribió y que es la misma que produjo sus imágenes se llama Ana Luisa Muñoz y es alguien que se ha dado cuenta de que la humanidad va por un muy mal camino o, mejor dicho, que el camino por el que se está deslizando en la actualidad conduce al despeñadero de una manera inevitable. Un mundo socialmente injusto, económicamente desigual, genéricamente inarmónico, ecológicamente insensible, eso es aquello con lo cual los humanos de este tiempo debemos entendernos cada día que pasa. Todas las informaciones que obran en nuestro conocimiento o, más precisamente, las que obran en el conocimiento de cualquier persona medianamente educada en los tiempos que corren, nos/le confirman lo mismo.
Estamos en umbral, como
dice Anita Muñoz, pero en un umbral que es (para reescribirlo con otra
metáfora) un cuchillo con un filo malo y otro bueno. Si el umbral es un sitio
liminar, si es el puente, esto es, el espacio que abre el desplazamiento de la
persona hacia otra cosa, en lo que a la gente de nuestro tiempo respecta esa
otra cosa bien pudiera ser el fin. No es que uno quiera dárselas de
apocalíptico. Ocurre que el apocalipsis se anda anunciando entre nosotros desde
hace ya un rato largo. Tanto es así que
a veces nos preguntamos cómo es que no se ha desatado todavía. Cuando a la segunda guerra mundial, que ya había
matado cincuenta y cinco millones de personas, se le quiso poner fin matando a
otras ciento sesenta mil y de una
vez, en Hiroshima y en Nagasaki, el futuro quedó escrito con letras de
molde. El reino de la insensatez se había instalado sobre la tierra. La
aniquilación de todo y de todos había llegado a ser, por primera vez en la
historia de la humanidad, un suceso que cabía dentro del ámbito de lo que era
posible. Y hoy, reconozcámoslo, con mucha más eficiencia que en Hiroshima y en
Nagasaki.
Con todo, no es esa la
clase de aniquilación que más preocupa a la autora de este Umbral. A
ella la inquieta sobre todo la otra, esa que no por ser más despaciosa es menos
mortífera. Me refiero a la que está teniendo lugar cotidianamente, en el marco
contemporáneo de las relaciones de los seres humanos con los seres humanos, por
una parte, y en el de los seres humanos con su entorno natural, por otra. En el
primero de estos dos escenarios, Anita Muñoz privilegia las relaciones de
género, y tiene toda la razón para hacerlo. El desequilibrio social y económico
lo conocemos bien, sabemos cuáles son sus causas y cuáles sus dimensiones y
hasta hemos logrado desarrollar estrategias y tácticas para enfrentarlo desde
hace ya un par de siglos. Que no siempre hayan sido esas estrategias y esas
tácticas todo lo eficaces que a nosotros nos hubiese gustado, es otra historia,
por supuesto, una historia de desencuentros y torpezas políticas deplorables
que yo por lo menos creo que se podrán remediar alguna vez. No acontece lo
mismo con la relaciones de género. Su teorización es más reciente. El
segundo sexo, el libro de Simone de Beauvoir que en el campo del feminismo
se equipara con El capital de Marx en el de las relaciones sociales,
está cumpliendo sesenta años, apareció recién en 1949... Por Grínor Rojo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario