COSMOVISIÓN MAPUCHE
RELACIONADOS CON LA ENFERMEDAD Y LA SANACIÓN
Linda
Jacqueline Muñoz Flores (Psicóloga)
Imagen: “Indómito pueblo”. Ana Luisa Muñoz Flores
(alumuflores)
INTRODUCCIÓN
En este trabajo se abordan
aspectos centrales de la cosmovisión mapuche relacionados con la enfermedad y
la sanación; entendiendo la cosmovisión como las pautas culturales que explican
y dan coherencia al hombre en el mundo, en ese sentido la cosmovisión es holística
y el modelo medico mapuche, deriva de esta cosmovisión en dos elementos
fundamentales, como la mantención de la reciprocidad y la idea de que el mundo
se articula en torno a una categorización de las unidades que lo conforman,
unidades que estarían compuestos por polos opuestos y complementarios. Se
abordan los conceptos de equilibrio, desequilibrio, energía negativa y energía
positiva, indicando las palabras empleadas en el mapudungun o idioma nativo
mapuche. Se describen actividades de los agentes de la sanación mapuche, rol de
estas personas y sus acciones frente a la enfermedad. Se presenta la función de
la persona que tiene rol de machi. Se aborda el impacto de la cultura
occidental sobre las costumbres, la cultura pehuenche, el sistema curativo, la
salud de los mapuches y una pequeña propuesta para el Hospital El Carmen de
Maipú, considerando el número de personas, tanto en Maipú y Cerrillos que suman
sobre 10.0000 personas.
EQUILIBRIO
Y RUPTURA DEL EQUILIBRIO
Al mapuche le afecta todo lo
que ocurre en la naturaleza; cuando de alguna forma se rompe el equilibrio, las
relaciones entre los seres se ven afectadas. Si alguien rompe el equilibrio al
transgredir leyes de la naturaleza, sufre las consecuencias del desequilibrio
que ha provocado: la enfermedad tanto física como espiritual (Marileo, 2002).
Este desequilibrio se manifiesta en el plano físico o psicológico y es conocido
como kutran o enfermedad. Para los mapuches la enfermedad ocurre cuando el
hombre se encuentra en su estado más vulnerable, es decir, cuando su condición
de “che” (persona) se ha debilitado; si el cuerpo y el alma de la persona no
funcionan en un momento dado como una sola voluntad de ser y hacer, con una
única e íntegra intención, se torna en nido atractivo para que lo posesionen o
cohabiten en él espíritus (Mora, 1991).
La ruptura de la armonía en
la red de relaciones sucede en diversas situaciones, por ejemplo, cuando el
ambiente dentro de la familia es de discordia, hay peleas entre vecinos, no hay
alimento para los animales, no se respetan los lugares sagrados ni los seres
que habitan en ellos, se daña la naturaleza en forma consciente. Cuando esto
sucede, los desórdenes y desequilibrios que el individuo provoca traen
consecuencias en la salud (Marileo, 2002).
La falta de salud no sólo se puede observar en
la presencia o ausencia de dolor, el dolor es la maduración de la enfermedad
que ha ingresado a la vida de la persona. Por tanto, se debe considerar
aspectos más allá de la expresión concreta de una enfermedad, poniendo atención
a manifestaciones tanto de la persona como del medio que la rodea (Ibacache,
2001b).
Wekufe o wekufü alude a todo
lo negativo y desconocido que existe y que puede provocar kutran o enfermedad.
El concepto de wekufe o wekufü tiene múltiples formas: sujeto, cualidad o
agente. El aspecto patógeno involucrado en este concepto tiene relevancia para
comprender la noción mapuche de enfermedad, especialmente su modalidad de tipo
energética o energía wekufü. Este tipo de energía puede ser concentrada y proyectada
a distancia, así como también condensarse en forma sutil o grosera dentro de un
ser vivo o una cosa. Ella puede ser irradiada por el pensamiento o emoción de
un hombre (odio, ira, envidia, etc.), por un espíritu maligno, por el alma de
un difunto y por cualquier ser de cualidad wekufü. La energía perturbadora, al
penetrar en un organismo biológico, provocará una ruptura de la armonía
desencadenando la enfermedad, produciendo perturbaciones de carácter físico
visible y, además, perturbaciones psíquicas (Aukanaw, 2001a).
SISTEMA
CURATIVO
La cultura mapuche
desarrolló un sistema curativo para restablecer el equilibrio y la armonía
(Marileo, 2002), conjunto de conocimientos y prácticas que han sido utilizadas
durante siglos por los mapuches. En este sistema conceptual se entiende que el
cuerpo está interconectado con la espiritualidad, las emociones y los
pensamientos (Bacigalupo, 1995). Dentro del sistema curativo mapuche hay
sujetos con roles para buscar el equilibrio y reordenar los elementos
restableciendo la salud y el bienestar (Marileo, 2002), los principales son:
Machi, encargado o encargada de la curación natural, única persona autorizada
para establecer un puente directo con los espíritus creadores y los ngen
(espíritus protectores).
Es un ser humano especial
que tiene comunicación directa con los espíritus protectores y las realidades
no-ordinarias (Aukanaw, 2001a). Lawenche, meica o hierbatero, persona que tiene
dones para conocer las propiedades de las hierbas curativas y remedios
naturales. Ngütamchefe, persona conocedora de la forma, funciones y posición de
los huesos y encargada de componerlos cuando han sufrido roturas o alteraciones
en su posición. Püñeñelchefe, persona especialista en maternidad y con
conocimiento de cómo debe nacer un niño y de cómo solucionar los problemas que
se presentan en el momento del nacimiento.
FUNCIÓN
DEL O LA MACHI
El sistema curativo mapuche
se basa en las leyes de la mapu (tierra), estableciendo vínculos estrechos con
los seres y espíritus benéficos del wenumapu. Este sistema se centra en el o la
machi, respetado(a) por su autoridad, sabiduría y poderes.
A continuación, en el presente texto se emplea
la expresión “la machi” para aludir a esta función sea realizada por un varón o
una mujer. La machi cumple un papel fundamental en la comunidad siendo
portadora de las creencias mitológicas y de la experiencia ritual, intérprete
de instrumentos musicales, de la poesía chamánica y de la danza tradicional,
sacerdotisa, profetisa, guía espiritual, juez, agente de salud y experta
terapeuta (Grebe, 1995).
Para ser iniciada en su
función la machi debe pasar por una serie de pruebas rituales. Estas pruebas se
hallan presentes a lo largo de un viaje místico e implican un descenso al mundo
inferior y la muerte simbólica del candidato, posteriormente ascender a la
región celestial o superior con un segundo nacimiento en un estado trascendente
del ser, volviendo finalmente al mundo medio, el de los humanos (Aukanaw,
2001c). Debe atravesar una serie de transformaciones, tanto físicas como
espirituales, que la preparan para recibir al fileu o espíritu que
posteriormente ocupará su cuerpo como medio para restablecer el equilibrio y
armonía.
Lo anterior se refleja en una serie de enfermedades
que vivencia antes de cumplir su rol. La machi con sus ceremonias y curación no
ataca el síntoma sino la causa de la enfermedad requiere mucha energía y fuerza
para que el espíritu que desequilibró a la persona el deje libre. Ella entra en
trance para que el fileu realice el acuerdo con los espíritus perturbadores y
encuentre el remedio y procedimiento exacto para restablecer el bienestar del
enfermo (Echeverría et al., 2002). Para recuperar el equilibrio y la armonía
perdida, el mapuche debe recurrir a la machi, quien intercede ante los ngen y
espíritus creadores (Marileo, 2002).
Para esto conoce y maneja
los remedios naturales debido al apoyo y sabiduría entregada por los espíritus
creadores y el fileu, interviniendo para llegar a un acuerdo o convenio con los
espíritus. Los mecanismos que la machi pone en acción durante el proceso de
curación corresponden no sólo a su propia vivencia de los mitos que le dan
sentido a la práctica, sino también a la vivencia del paciente que los conoce.
Así, el enfermo se encuentra ante una personalidad carismática que está
actuando sobre él y, además, su propia concepción del universo le da sentido
tanto a la enfermedad como a la cura.
El paciente se siente destinatario de un orden
cósmico que entra en acción para ayudarlo, orden representado en la figura de
la machi. Tanto el agente como el paciente poseen una misma vivencia del
proceso, incrementada por la machi a través del ritual de curación que revive
la adquisición de poderes y la proyecta hacia el enfermo, hasta lograr que la
percepción emotiva de éste quede absolutamente ligada al ritual que se oficia
(Aukanaw, 2001a). El rol de machi está culturalmente constituido como
propiciador de los espíritus ancestrales, combatientes de las enfermedades y
fuerzas del mal, conocedor de los sagrados códigos y normas que velan por el
bienestar de la comunidad y gran conocedor de hierbas y remedios. La
importancia de los sueños chamánicos, del rewe o altar y del kultrún o tambor
ritual son elementos comunes a todas las machis (Bacigalupo, 1995). La machi
actúa también como sacerdotisa ritual en las ceremonias colectivas de
nguillatun, buscando el bienestar general de la comunidad. Existen grandes
diferencias entre las machis, lo que influye en la relación machi-paciente y
machi-comunidad.
En ciertas localidades el
prestigio e influencia de él o la machi dentro de la comunidad a la cual
pertenece son mucho más significativos, sea por su grado de adaptación frente a
prácticas de salud y culturales chilenas, por el tipo de llamamiento, por la
etapa de la vida en la cual fue iniciada, por los resultados de sus prácticas o
por características personales. Además, los agentes de curación o salud
popular, como hierbateros y meicas, pueden reemplazar a la machi en el caso de
enfermedades producidas por efectos del frío, calor, aire, alimentación y
algunas causas mágicas, pero las enfermedades atribuidas a posesión de espíritu
maligno, pérdida del propio espíritu y otras causas sobrenaturales sólo pueden
ser tratadas por machis (Bacigalupo, 1995)
IMPACTO
DE LA CULTURA OCCIDENTAL
Las personas mapuches,
especialmente los adultos y ancianos, plantean que en la actualidad el cambio
paulatino de la forma de vida mapuche por el estilo de vida winka u occidental
produce, como consecuencia, el alejamiento cada vez mayor de las tradiciones y
costumbres propias de ellos, el ka mogen o winkawün, enfermedades del mundo
winka (Ibacache, 2001b). Expresan que la cultura occidental impacta
negativamente en la salud de la población mapuche.
Sostienen que el problema
más grave en las comunidades mapuches es la pérdida de la forma de vivir, la
alimentación, la forma de cultivo (ya no usan cultivos limpios, los cultivos
tienen veneno y producen enfermedades). Para que una persona tenga remedio,
tendría que estar en su medio, fiel a su cultura y contexto (Ibacache, 2001b).
Específicamente, en las comunidades pehuenches del Alto Bío-Bío existe la
percepción de que la salud antiguamente era mejor, la situación habría cambiado
negativamente a causa de factores como un consumo de alimentos menos naturales
y uso de medicamentos tanto por parte de las madres embarazadas como de los
niños, junto a cambios en las prácticas de crianza, como el acortamiento de los
períodos de amamantamiento (Díaz, Pérez, González y Simon, 2004).
No obstante, lo anterior,
una mayoría de personas mapuches opta por acudir a las postas y consultorios de
salud considerando que son más confiables los procedimientos de diagnóstico,
los implementos que utilizan y que es más efectivo su resultado. Consideran
necesario hacerse los exámenes de salud periódicos y visitar inmediatamente al
profesional de salud ante una enfermedad (Díaz, Pérez, González y Simon, 2004);
aunque ignoran sus conceptos y clasificaciones (Rivera, Vicente, Medina,
Rioseco, Vielma y Saldivia, 1997).
Esto los ha llevado a
disminuir el uso de hierbas curativas y la consulta a meicas y hierbateros. Sin
embargo, ante cierto tipo de enfermedades de origen mágico-religioso declaran
que es incompetente la acción del profesional de salud occidental, debiendo
recurrir en estos casos a los agentes de salud propios de la cultura mapuche.
En la actualidad, el pueblo mapuche se encuentra ante nuevas condiciones de
vida y nuevas exigencias, percibe modificaciones en sus costumbres de salud y
sistema curativo tradicional.
Sus prácticas ancestrales
están siendo reemplazadas por estilos de vida occidental, debiendo adaptarse a
las características y condiciones del servicio de salud del estado. Es
necesario precisar que, en este cambio, el pueblo mapuche no es un actor
pasivo; por el contrario, es activo y esto se pone de manifiesto en diversas
situaciones
La forma en que se ha instalado el sistema de
salud (alternativo al tradicional) demanda a la comunidad indígena una
adaptación a las exigencias de procedimientos del sistema, incluyendo la
interacción con los funcionarios de salud. La característica de mayor
relevancia no es el conjunto de nuevas normas y procedimientos, sino aspectos
propios de relación interpersonal de “beneficiario pehuenche - funcionario de salud”.
En este sentido, el presente trabajo puede aportar a un mejoramiento de esta
relación al facilitar la comprensión de la cosmovisión mapuche (Díaz et al.,
2004).
Resulta
evidente que esta visión de mundo es distinta a la de occidente y que al
provenir de una cultura ancestral está fuertemente arraigada en los integrantes
del pueblo mapuche. Para los funcionarios y profesionales de los servicios de
salud que interactúan en el ámbito de la salud con las personas mapuches, se
hace recomendable acercarse a la comprensión de sus ideas y emociones; más allá
de sus creencias al enfrentarse a las enfermedades, es preciso conocer su
cosmovisión reconociendo la diversidad cultural e identificando los aportes y
necesidades diferenciales que presentan. Esto permitirá una mayor confianza y
mejor relación con el o la paciente. En otro nivel del sistema de salud, se
hace conveniente reorganizar los servicios, descentralizarlos y abrir los
espacios a la participación de la comunidad (Ibacache, 2001a). Para alcanzar lo
anterior se requiere una nueva forma de relación a partir de los portadores de
la mirada científica. Esto se está llevando a cabo en distintos lugares;
por ejemplo, en el Hospital Maquehue-Pelale, Servicio de Salud Araucanía Sur,
se pone en práctica un modelo que integra ambas formas de salud, tanto
científica como mapuche, incorporando las propias categorías y etiologías de
enfermedad desde el punto de vista del contexto particular y cultura mapuche
(Ibacache, 2001a). Empleando nuestro punto de referencia y epistemología
podríamos intentar entender cómo impactan las costumbres, actividades y valores
occidentales sobre la vida mapuche, pero esto no asegura comprender la
percepción que ese pueblo puede tener. La cosmovisión de mundo mapuche es
distinta a la de occidente, el mundo que traen a la mano sus palabras, sus
acciones y sus interacciones es un mundo distinto del occidental nuestro. El
desafío es lograr una mejor comprensión desde esa perspectiva y cosmovisión
mapuche.
IMPLEMENTACION
DE TRABAJO EN HEC
La iniciativa implementada desde el MINSAL, en conjunción
con la intendencia metropolitana a partir del año 2000 en 8 comunas de la
región metropolitana y en la misma región de la Araucanía, en la que nace el Hospital
intercultural; con facilitadores interculturales impulsado, por la organización
mapuche KALLFULICAN y se integra un modelo medico occidental y mapuche, que
podrían considerase como base para una propuesta para nuestro hospital de
carácter estratégico que considere las siguientes líneas.
1.- Que nuestro hospital se le dé un carácter
intercultural y que se permita, considerando indicadores existentes en la
actualidad y evaluación local de comunidades diversas
2.- Trabajo con farmacia local mapuche de la Comuna de
Maipú y convenio para pacientes que deseen hacer uso de otro tipo de fármacos.
3.- Preparación de médicos en modelos de atención
diferente a la medicina occidental con unidad de capacitación.
4.- Estimular la investigación y conocimientos de otros
pueblos con unidades afines.
5.- Generar monumento de diversidad al interior y
adherencia a días, fechas importantes en forma institucional.
6.- Las políticas locales de salud deben ser construida
por los propias comunidades y participación activa en forma vinculante y con
orgánica respectiva, con marcos legales actuales y las propias que se den al
interior.
7.- Integrar en los diferentes servicios de SALUD, mirada
de identidad que se den los propios usuarios de los servicios y apoyo de la APS.
8.- Formación de agentes comunitarios en Pueblos, con
preparación a visitas a enfermos y su contexto.
9.- Fomentar el proyecto huertos o activar la
organización con personalidad jurídica para esa finalidad.
10.-Pasantias al hospital de Temuco
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
·
AUKANAW (2001). Medicina y psicología mapuche.
En URL: www.geocities. com/aukanawel/
·
AUKANAW (2001b). El ülutun rito terapéutico
mapuche I, II, III. En URL: www. geocities.com/ aukanawel/
·
AUKANAW (2001c). Pinturas rupestres y pirámides
en la Patagonia. En URL: www.geocities.com/ aukanawel/
·
BACIGALUPO, M. (1995). Métodos de curación
tradicional mapuche. La práctica de la machi contemporánea en Chile. Enfoques
en Atención Primaria, 9 (4), 7-13
·
DÍAZ, A., Pérez, V., González, C., y Simon, J.
(2004). Impacto de costumbres occidentales y servicios de salud sobre las
percepciones de una comunidad.
·
ECHEVERRÍA, R., González, P., Sánchez, A. y
Toro, P. (2002). Imaginario social de salud pehuenche de la comunidad de
Callaqui en el Alto Bío-Bío. Departamento de Psicología, Universidad de
Concepción
·
GREBE, M. (1995). Etnociencia, creencias y
simbolismo en la herbolaria chamánica mapuche. Enfoques en atención primaria, 9
(2), 6-10
·
IBACACHE, J. (2001a). Equidad salud y
desarrollo. En URL: www.mapuexpress. net/publicaciones publicaciones 6.htm
·
IBACACHE, J. (2001b). Rume kgen mew ta az mapu/
Epidemiología de la transgresión en MaquehuePelale. En URL:
www.mapuexpress.net/publicaciones/ publicaciones6.htm
·
MARILEO, A. (2002). Mundo mapuche. Meridión
Comunicaciones, Chile
·
MEDICINA MAPUCHE: La emergencia de la farmacia
Makewelawen en el contexto urbano. Una Mirada desde la antropología medica.
·
MORA, Z. (1991). Antiguos secretos y rituales
sagrados según el arte de curar indígena. Kushe, Chile