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24 de agosto de 2019

La importancia de las flores en la naturaleza.

La importancia de las flores en la naturaleza


Las flores tienen una importancia muy notoria y que va mucho más allá de la función reproductiva para las plantas, algo que de por sí ya tiene gran trascendencia pues permite que toda la variedad de especies vegetales siga perpetuándose en el tiempo, extendiéndose y proporcionando los servicios que en numerosas ocasiones aprovechamos, como la alimentación. Con todo ello, hemos comentado ya la primera de las razones por la que las flores son importantes en la naturaleza; la ayuda reproductiva.
El siguiente aspecto que comentar sobre por qué las flores son importantes es que sirven de alimento para muchas especies y de muchas formas diferentes. A través del néctar y el polen que contienen se alimentan especies como insectos (las abejas, las mariposas…), algunas aves como los colibríes y algunas especies de murciélagos. Sirve también como alimento para otras especies animales herbívoras como los ciervos o los conejos.
Además de alimentar a estos seres vivos que hemos comentado también nos sirven a nosotros como fuente de alimento. Cada vez más está de moda cocinar con pétalos de flores comestibles o para la elaboración de infusiones.
Otra característica importante que resaltar es el uso medicinal de las flores. Son importantes en la naturaleza porque no solo nos sirven como remedios a nosotros a través de su manipulación para obtener medicamentos más o menos sofisticados, sino que para los animales también tienen su importancia, pues muchos de ellos saben distinguir unas flores de otras según el efecto que producen en su organismo y las consumen según lo que necesitan.
Las flores proporcionan una visión mucho más colorida del mundo y de sus paisajes, pero sus propiedades, usos y funciones son muy importantes para la vida que hoy conocemos.
Imágenes: Ana Luisa Muñoz Flores. aumuflores.

























La Amazonia: ni salvaje, ni pulmón, ni granero del mundo. Leonardo Boff. Publicado por Ana Luisa muñoz Flores.




Imagen: Ana Luisa muñoz Flores. AlumuFlores. Rocío



2019-07-12

El Sínodo pan-amazónico que se celebrará en octubre de este año en Roma demanda un mejor saber sobre el ecosistema amazónico. Hay que deshacer mitos.
Primer mito: el indígena como salvaje y genuinamente natural, y por eso en sintonía perfecta con la naturaleza. Se regularía por criterios no-culturales sino naturales. Estaría en una especie de siesta biológica ante la naturaleza, en una perfecta adaptación pasiva a los ritmos y a la lógica de la naturaleza.

Esta ecologización de los indígenas es fruto del imaginario urbano, fatigado por el exceso de tecnificación y de artificialización de la vida.

Lo que podemos decir es que los indígenas amazónicos son humanos como cualquier otro ser humano y, como tales, están siempre en interacción con el medio. La investigación comprueba cada vez más el juego de interacción entre los indígenas y la naturaleza. Ellos se condicionan mutuamente. Las relaciones no son “naturales” sino culturales, como las nuestras, en un intrincado tejido de reciprocidades. Tal vez los indígenas tienen algo de singular que los distingue del hombre moderno: sienten y ven a la naturaleza como parte de su sociedad y cultura, como prolongación de su cuerpo personal y social. No es, como para los modernos, un objeto mudo y neutro. La naturaleza habla y el indígena entiende su voz y su mensaje. La naturaleza pertenece a la sociedad y la sociedad pertenece a la naturaleza. Están siempre adecuándose mutuamente y en proceso de adaptación recíproca. Por eso están mucho más integrados que nosotros. Tenemos mucho que aprender de la relación que ellos mantienen con la naturaleza.

Segundo mito: la Amazonia es el pulmón del mundo. Los especialistas afirman que la selva amazónica se encuentra en un estado clímax. Es decir, se encuentra en un estado óptimo de vida, en un equilibrio dinámico en el cual todo es aprovechado y por eso todo se equilibra. Así la energía fijada por las plantas mediante las interacciones de la cadena alimentaria conoce un aprovechamiento total. El oxígeno liberado de día por la fotosíntesis de las hojas es consumido de noche por las propias plantas y por los demás organismos vivos. Por eso la Amazonia no es el pulmón del mundo.

Pero funciona como un gran filtro del dióxido de carbono. En el proceso de fotosíntesis se absorbe gran cantidad de carbono. Y el dióxido de carbono es el principal causante del efecto invernadero que calienta la tierra (en los últimos 100 años aumentó un 25%). Si un día la Amazonia fuese totalmente deforestada, serían lanzadas a la atmósfera cerca de 50 mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Habría una mortandad en masa de organismos vivos.

Tercero mito: la Amazonia como el granero del mundo. Así pensaban los primeros exploradores como von Humboldt y Bonpland y los planificadores brasileros en tiempos de los militares en el poder (1964-1983). No lo es. La investigación ha demostrado que “la selva vive de sí misma” y en gran parte “para sí misma” (cf. Baum, V., Das Ökosystem der tropischen Regeswälder, Giessen 1986, 39). Es lujuriante pero con un suelo pobre en humus. Parece una paradoja. Lo dejó bien claro el gran especialista en Amazonas Harald Sioli: “la selva crece realmente sobre el suelo y no del suelo” (A Amazônia, Vozes 1985, 60). Y lo explica: el suelo es solamente el soporte físico de una trama intrincada de raíces. Las plantas se entrelazan por las raíces y se sostienen mutuamente por la base. Se forma un inmenso balance equilibrado y ritmado. Toda la selva se mueve y danza. Por esto, cuando una es derribada arrastra con ella a otras varias.

La selva conserva su carácter exuberante porque existe una cadena cerrada de nutrientes. Están los materiales en descomposición en el suelo, la capa vegetal de hojas, frutos, pequeñas raíces, excrementos de animales silvestres, enriquecidos por el agua que gotea de las hojas y el agua que escurre de los troncos. No es el suelo lo que nutre los árboles. Son los árboles los que nutren el suelo. Estos dos tipos de agua lavan y arrastran los excrementos de los animales arborícolas y animales de especies mayores como aves, macacos, coatis, perezosos y otros, así como la miríada de insectos que tienen su hábitat en la copa de los árboles. Existe también una enorme cantidad de hongos y un sinnúmero de micro-organismos que juntamente con los nutrientes reabastecen las raíces. Por las raíces, la sustancia alimenticia va a las plantas garantizando la exuberancia extasiante de la Hiléia amazónica. Pero se trata de un sistema cerrado con un equilibrio complejo y frágil. Cualquier pequeño desvío puede acarrear consecuencias desastrosas. El humus no alcanza comúnmente más que 30-40 centímetros de espesor. Con las lluvias torrenciales es arrastrado fuera. En poco tiempo aflora la arena. La Amazonia sin la selva puede transformarse en una inmensa sabana o hasta en un desierto. Por esto la Amazonia jamás podrá ser el granero del mundo, pero seguirá siendo el templo de la mayor biodiversidad.

Constataba el especialista de la Amazonia, Shelton H. Davis, en 1978 y sirve igualmente para 2019: “En este momento se está librando una guerra silenciosa contra pueblos aborígenes, contra campesinos inocentes y contra el ecosistema de selva en la cuenca amazónica” (Víctimas del milagro, Saar 1978, 202). Hasta 1968 la selva estaba prácticamente intacta. Desde entonces, con la introducción de los grandes proyectos de las hidroeléctricas y del agronegocio, y hoy con el anti-ecologismo del gobierno Bolsonaro, continúa la brutalización y la devastación de la Amazonia.


14 de junio de 2019

Ecología en fragmentos: todo está relacionado con todo por Leonardo Boff. Publicado por Ana Luisa Muñoz Flores




         
           

      Imagen: "En las fronteras del Ser".  Ana Luisa Muñoz flores.  alumuflores



La ecología se ha transformado en el contexto general de todos los problemas, proyectos oficiales y privados. A ella está ligado el futuro de nuestro planeta y de nuestra civilización. De donde se deriva su importancia ineludible. O cambiamos de manera de habitar la Casa Común o podemos conocer situaciones ecológicas y sociales dramáticas, dentro de no mucho tiempo. Aquí van fragmentos de un discurso ecológico, parte de un Todo más grande y vasto.

1. La irracionalidad de nuestro estilo de vivir

El modelo de sociedad y el sentido de la vida que los seres humanos han proyectado para sí, por lo menos en los últimos 400 años, están en crisis.
Este modelo nos hacía creer que lo importante es acumular gran número de medios de vida, de riqueza material, de bienes y servicios a fin de poder disfrutar de nuestro corto paso por este planeta.
Para realizar este propósito nos ayudan la ciencia que conoce los mecanismos de la naturaleza y la técnica que hace intervenciones en ella para beneficio humano. Se ha procurado hacer eso con la máxima velocidad posible.
En definitiva, se busca el máximo beneficio con el mínimo de inversión y en el tiempo más breve posible.
El ser humano, en esta práctica cultural, se entiende como un ser sobre las cosas, disponiendo de ellas a su gusto, nunca como alguien que está con las cosas, conviviendo con ellas como miembro de una comunidad mayor, planetaria y cósmica.
El efecto final y triste, solamente ahora visible de forma innegable, es el que se expresa en esta frase atribuida a Gandhi: “la Tierra es suficiente para todos, pero no para los consumistas”.
Nuestro modelo civilizatorio es tan absurdo que, si los beneficios acumulados por los países ricos se generalizaran a los demás países, necesitaríamos otras cuatro Tierras iguales a la que tenemos.
Ello muestra la irracionalidad que este modo de vivir implica...

2. La naturaleza es maestra

En momentos de crisis civilizatoria como nuestra es imperioso consultar a la fuente originaria de todo: la naturaleza, la gran maestra. ¿Qué nos enseña?
Ella nos enseña que la ley básica de la naturaleza, del universo y de la vida no es la competición, que divide y excluye, sino la cooperación, que suma e incluye.
Todas las energías, todos los elementos, todos los seres vivos, desde las bacterias y los virus hasta los seres más complejos, estamos todos inter-retro-relacionados y, por eso, somos interdependientes. Uno coopera con el otro para vivir.
Una red de conexiones nos envuelve por todos los lados, haciéndonos seres cooperativos y solidarios. Queramos o no, esta es la ley de la naturaleza y del universo. Y gracias a esta red de interdependencias hemos llegado hasta aquí.

Esa suma de energías y de conexiones nos ayuda a salir de las crisis y a fundar un nuevo ensayo civilizatorio. Pero nos preguntamos: ¿somos suficientemente sabios para hacer frente a situaciones críticas y responder a los nuevos desafíos?

3. Todo está relacionado con todo

La realidad que nos rodea y de la cual somos parte no debe ser pensada como una máquina sino como un organismo vivo, no como constituida de partes estancas, sino como sistemas abiertos, formando redes de relaciones.

En cada ser y en el universo entero prevalecen dos tendencias básicas: una es la de autoafirmarse individualmente y otra la de integrarse en un todo mayor. Si no se autoafirma corre el riesgo de desaparecer. Si no se integra en un todo mayor, corta la fuente de energía, se debilita y puede también desaparecer. Es importante equilibrar estas dos tendencias. En caso contrario caemos en el individualismo más feroz –la autoafirmación– o en el colectivismo más homogeneizador – la integración en el todo. Por eso siempre tenemos que ir y venir de las partes al todo, de los objetos a las redes, de las estructuras a los procesos, de las posiciones a las relaciones.

La naturaleza es, pues, siempre co-creativa, co-participativa, ligada y re-ligada a todo y a todos y principalmente a la Fuente Originaria de donde se originan todos los seres.

4. Desde el comienzo está presente el fin

El fin está ya presente en el comienzo. Cuando los primeros elementos materiales después del big bang empezaron a formarse y a vibrar juntos, ahí se anunciaba ya un fin: el surgimiento del universo, uno y diverso, ordenado y caótico, la aparición de la vida y el irrumpir de la conciencia.

Todo se movió y se interconectó para dar inicio a la gestación de un cielo futuro, que empezó ya aquí abajo, como una semillita, y fue creciendo y creciendo hasta acabar de nacer en la consumación de los tiempos. Ese cielo, desde el comienzo, es el propio universo y la humanidad llegados a su plenitud y consumación.

No hay cielo sin Tierra, ni Tierra sin cielo.

Si es así, en lugar de hablar de fin del mundo, deberíamos hablar de un futuro del mundo, de la Tierra y de la Humanidad que entonces serán el cielo de todos y de todo.



2019-05-05   Leonardo Boff

11 de marzo de 2019

TODOS SOMOS UNO(A) CON LA TIERRA Y EL UNIVERSO. Ana Luisa Muñoz Flores. Prologo.







Título: "Umbral Universo"
Nombre: Ana Luisa Muñoz Flores




Para leer y comprehender este libro
se necesita, se necesita…
Joel Muñoz

Este libro de mi amiga Ana Luisa Muñoz Flores me ha puesto a pensar y querer saber más  de esta unidad indisoluble de lo humano con el todo, también de la no separación entre espíritu/materia porque todo es energía en diferentes formas, desde lo duro tangible hasta lo inmaterial, sutil, intangible y divino.
“Se requiere de una intención consciente, una mente abierta, un corazón sincero y una emoción elevada, trabajar en conjunto para que todas aquellas posibilidades que existen en el mundo cuántico se puedan llevar a cabo”. 

Se necesita entrar sin prejuicios, dogmas o leyes a leer, conversar y relacionar ciencia, religión, conciencia, espíritu, emoción, energía, objetividad, subjetividad, física cuántica, luz, mente, hemisferio derecho, hemisferio izquierdo, imaginación, intuición, percepción, realidad, neurociencia, sicología. Experiencia, cultura, entorno, lenguaje, construcción de realidad, hardware y software cerebral, materia, cableado del cerebro, conexiones sinápticas, programación neurolingüística, cambio, ser, querer ser, estar siendo, Yo cuántico, meditación, micromundos, universo, tierra, unidad, Todo.
. 
“Neuroplasticidad, la capacidad que tiene el cerebro para renovarse por medio de los estímulos externos y nuestros pensamientos conscientes”. (Una de las bases de la sicología humanista transpersonal)

Para crecer  y renovarnos con este libro también se necesita:
Comprender que la tierra es un ser vivo y que tiene los mismos derechos a la vida del ser humano. Y que los seres humanos tenemos el deber de cuidarla si queremos también cuidar nuestras propias vidas. Significa que somos parte de un Todo, la tierra,  y que la nueva era significa buscar “un modo de vida sustentable”, no sólo un desarrollo sustentable como lo plantea la economía. Significa también redescubrir y reinventarnos con base en el altruismo humano y la cooperación, abiertos a la metafísica y a la espiritualidad como modalidades integradas e insustituibles del conocimiento y la acción. Así al menos lo plantea también el filósofo Ken Wilber en su obra “Los tres ojos del conocimiento”, donde valida como igualmente importantes, pero en diferentes profundidades,  el conocimiento a través de la experiencia sensorial carnal (Sensibilia),  el conocimiento a través de la comprensión de lo simbólico y abstracto (Intelligibilia) y el conocimiento a través de la espiritualidad, lo que está más allá de lo que podemos ver, tocar, medir, etc. (Transcendelia)  *

Ana Luisa nos invita a abrir la mente para comprender la vida de un modo distinto al enfoque tradicional, basado en el método científico que valida como verdad sólo lo que puede ser medido con sus instrumentos, que separa ciencia de espíritu, que fragmenta al ser separándolo de la tierra y del universo, que se niega a aceptar que todo es energía, incluida la materia, vale decir, todos somos uno, más  precisamente todas y todos somos una, la parte inteligente de la tierra, a la vez parte de la creación universal.  

Este libro nos invita también a comprender la ciencia (principalmente la física cuántica) como un camino para descubrir claves sobre quiénes somos, de dónde venimos, para dónde vamos y que sentido puede tener todo esto que llamamos vida
Cuando yo era niño divagaba antes de dormirme. Pensaba que era parte de un universo mayor, como lo son los insectos parte del jardín, los microbios parte de nuestro cuerpo, nosotros parte de la tierra y del sistema solar como a la vez éste era parte de un cuerpo vivo aún más gigantesco, las galaxias. Estas a su vez, cuerpos vivos de un Todo mayor, el universo. También pensaba que Dios vivía en cada uno de esos universos, en diferentes escalas. Así, nosotros podíamos aparecer como minúsculas criaturas dentro de un universo o gigantes inmensos en otras escalas. 

Luego, con los años, me explicaron también que la existencia inmaterial abarcaba más de una decena de niveles de desarrollo espiritual, que la vida – en ese sentido – es vida eterna, vidas de eterno aprendizaje y acercamiento a la perfección. Este avance del espíritu aquí y ahora, en esta vida, debía basarse en la verdad que nace de la relación del Yo con el Yo, Yo con la familia, Yo con la comunidad cercana,  Yo con la sociedad, Yo con el medio ambiente y todos los seres vivos,  Yo con el planeta, Yo con el universo,  Yo con el Ser superior (como queramos designarlo). La no-verdad en las relaciones o círculos de existencia trae consigo las enfermedades del cuerpo y del alma. Para superar la no verdad que produce quiebres entre los círculos de la existencia, es necesario “ponerle verdad a la vida”.

Esta es la invitación final que yo vislumbro en este libro. La ampliación del estado de conciencia para ver más allá de lo inmediato, lo conocido, lo ordinario y lo que ya no da respuestas a las preguntas sobre el sentido de la existencia.
Recomiendo este libro para pensar, conversar, crear y participar de la construcción de una vida sostenible.

*https://books.google.cl/books?id=gInIy9KuvfQC&pg=PA159&lpg=PA159&dq=sensibilia+ken+wilber&source=bl&ots=d00C2cwWka&sig=Ywx3xgSelp_tnUGmcxtsQLMWQPg&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjQldyn4ebdAhVCS5AKHRXfDuIQ6AEwAHoECAgQAQ#v=onepage&q=sensibilia%20ken%20wilber&f=false




       

















libro: "TODOS SOMOS UNO(A) CON EL UNIVERSO Y LA TIERRA". ANA LUISA MUÑOZ FLORES






                    Para leer y comprehender este libro
se necesita, se necesita…
Joel Muñoz


Este libro de mi amiga Ana Luisa Muñoz Flores me ha puesto a pensar y querer saber más  de esta unidad indisoluble de lo humano con el todo, también de la no separación entre espíritu/materia porque todo es energía en diferentes formas, desde lo duro tangible hasta lo inmaterial, sutil, intangible y divino.

“Se requiere de una intención consciente, una mente abierta, un corazón sincero y una emoción elevada, trabajar en conjunto para que todas aquellas posibilidades que existen en el mundo cuántico se puedan llevar a cabo”. 

Se necesita entrar sin prejuicios, dogmas o leyes a leer, conversar y relacionar ciencia, religión, conciencia, espíritu, emoción, energía, objetividad, subjetividad, física cuántica, luz, mente, hemisferio derecho, hemisferio izquierdo, imaginación, intuición, percepción, realidad, neurociencia, sicología. Experiencia, cultura, entorno, lenguaje, construcción de realidad, hardware y software cerebral, materia, cableado del cerebro, conexiones sinápticas, programación neurolingüística, cambio, ser, querer ser, estar siendo, Yo cuántico, meditación, micromundos, universo, tierra, unidad, Todo......."



Capitalismo y patriarcado: la doble desigualdad de la mujer.




Imagen:"El poder y la diferencia2. Ana Luisa Muñoz Flores. alumuflores



Capitalismo y patriarcado: la doble desigualdad de la mujer

Evelyn Martínez*
Martes 9 de agosto de 2011, por Revista Pueblos
"Si bien el patriarcado surgió mucho antes que apareciera el capitalismo, es precisamente con la aparición del último donde se refuerza y profundiza la división sexual del trabajo: el trabajo para el mantenimiento de la vida (trabajo reproductivo o del cuidado) atribuido a las mujeres, y el trabajo para la producción de los medios de vida atribuido a los hombres. Cuando aparece la producción excedentaria surge la necesidad de la acumulación de la riqueza y la división del trabajo en la familia sirvió de base para distribuir la propiedad entre hombre y mujer, como sostiene Engels “el primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino” .

A partir de entonces, la esfera de lo reproductivo pasó a ocupar un segundo plano, después pasó a institucionalizarse mediante la costumbre, la religión y las leyes, que le asignaban la “superioridad” a lo masculino sobre lo femenino. Las desigualdades de género, como vemos, se han ido reproduciendo, desde entonces hasta la fecha, por imposición social, lo que conlleva a que actualmente pervivan grandes desigualdades económicas entre hombres y mujeres.
¿Cómo se refuerzan mutuamente capitalismo y patriarcado? Hay que recordar que el capitalismo es un sistema económico basado en relaciones de explotación y de expoliación cuyo objetivo es la búsqueda de la mayor ganancia posible a través de la reducción progresiva de costos. El patriarcado es una forma de organización política, social, económica, ideológica y religiosa basada en la idea de la autoridad y superioridad de lo masculino sobre lo femenino, fundamentada ridículamente en mitos y que se reproduce a través de la socialización de género [1].

El capitalismo y el patriarcado les niegan a las mujeres tener acceso y control sobre los recursos económicos internos y externos (acceso y control), permiten que se mantenga invisibilizado el aporte del trabajo doméstico o reproductivo en los agregados macroeconómicos. Bajo estas condiciones, las mujeres son explotadas y expoliadas, al igual que los hombres bajo el sistema capitalista; pero con un impacto diferenciado.

El trabajo doméstico y del cuidado permite mantener las condiciones de explotación y de sobreexplotación de la fuerza de trabajo en nuestro país, puesto que genera y transfiere valor, aunque no pase por el mercado como el trabajo asalariado. Considerando que el valor de la fuerza de trabajo se mide por la suma en dinero que asegura cubrir los medios de vida que garanticen su reproducción, datos calculados por el PNUD para 2008 indicaban que el salario promedio de los y las trabajadoras salvadoreñas que tenían empleo decente, como indicador indirecto para conocer cuál debería ser el valor monetario con el cual se lograría reproducir la fuerza de trabajo, era de $553.50 [2], mientras que el promedio nacional de salarios era de $ 247.4.

¿Cómo se pueden mantener los salarios promedios por debajo del valor de la fuerza de trabajo? La producción de bienes y servicios para el autoconsumo del hogar es uno de los principales factores que permiten que una parte del costo de reproducción de la fuerza de trabajo de las familias, que no cubren los bajos salarios que pagan las empresas capitalistas, sea cubierto por la producción doméstica, y esto permite mantener las altas tasas de ganancia del sector capitalista. Según el mismo informe del PNUD, el 89% del trabajo reproductivo, es realizado por mujeres y sólo el 11%, por hombres. El trabajo reproductivo no remunerado se convierte en un instrumento indirecto de la valorización de capital.

En los últimos diez años se han mantenido las desigualdades en cuanto al acceso y control de recursos económicos que permitan la autonomía económica de las mujeres; por ejemplo, los hombres tienen más acceso al trabajo remunerado que las mujeres debido a que las mujeres son las que mayormente asumen las responsabilidades domésticas, en cuanto al acceso a propiedad de empresas existe una brecha muy marcada entre hombres y mujeres. 

El modelo neoliberal, a través de los ajustes fiscales y la reducción del gasto social, ha provocado que la carga del trabajo doméstico se incremente, puesto que la reducción del gasto social se traduce en eliminación o “focalización” de subsidios, escasez de medicamentos, reducción de los servicios sociales públicos, lo que contribuye a que se dediquen más horas de trabajo no remunerado a los cuidados de personas adultas, niñez, y discapacitados. Los impactos ocasionados por los programas de ajuste no han sido neutrales con respecto al género.

No sólo se trata de “incluir a las mujeres” en las cuentas y en los indicadores de las estadísticas nacionales, sino más bien de cambiar la lógica del funcionamiento del sistema económico, cambiar la lógica de la acumulación por la lógica del mantenimiento de la vida, en todas sus formas.

En relación a la nueva lógica, existen dos corrientes que abordan el tema de género de acuerdo al grado de ruptura con paradigmas androcéntricos, que proponen una nueva redefinición de la economía tanto en lo relativo a la epistemología, como a los conceptos y los métodos, éstas son la economía feminista de la conciliación y la economía feminista de la ruptura [3]. La economía feminista de la conciliación pretende redefinir los conceptos fundacionales de la economía y trabajo, recuperando el conjunto de actividades femeninas invisibilizadas-condensadas en el trabajo doméstico-y conjuga esta recuperación con los conceptos previos: se redefine el concepto de trabajo, se trata de medir el trabajo domestico, se visibilizan las relaciones de género de desigualdad (diferencias entre el trabajo de mercado y trabajo doméstico entre hombres y mujeres).

La economía feminista de la ruptura pone en el centro del análisis la sostenibilidad de la vida, explora las consecuencias de esto en el cuestionamiento de todas las concepciones conceptuales y metodológicas previas y, por otro, atender no sólo a las diferencias entre hombres y mujeres, sino a las relaciones de poder entres las propias mujeres.

Para la economía feminista de la ruptura la producción y reproducción no tienen el mismo valor per se, sino en la medida en que colaboren o impidan el mantenimiento de la vida. Sostiene que las necesidades humanas son a la vez necesidades de bienes y servicios como también de afectos y relaciones, las facetas material e inmaterial deberían de entenderse conjuntamente.

El paradigma alternativo que trata de construir la economía feminista de la conciliación y de la ruptura también debe de incluir el aspecto de la ecología en el análisis del proceso de producción y de reproducción, ya que también es preciso tenerlo presente en el análisis de la sostenibilidad de la vida. 

Bajo la crisis actual a la que nos ha llevado el capitalismo y que no sólo es económica sino también ecológica, social y política; es necesario integrar dentro de los paradigmas teóricos de la economía tanto la igualdad de género como el principio de la sustentabilidad ambiental en los procesos de producción y consumo. En ese sentido, la economía, como propone la teoría feminista de la ruptura, debe no sólo preocuparse por la reproducción de la vida humana sino también de la reproducción de la vida en todas sus formas. ___ *Evelyn Martínez

Notas

[1] El proceso de socialización de género se refiere al proceso mediante el cual se le atribuyen una serie de estereotipos, roles y normas a hombre y mujeres, permite hacer que parezca natural la desigualdad y la discriminación contra las mujeres. Ver: Martínez, Julia Evelin, Patriarcado para principiantes, Contrapunto, 2011, en: http://www.contrapunto.com.sv/columnistas/patriarcado-para-principiantes.
[2] PNUD. Informe de Desarrollo Humano 2007-2008. El Empleo en uno de los pueblos más trabajadores del mundo. PNUD. 2009.
[3] Pérez Orozco, Amaia. “Economía del Género y Economía Feminista ¿Conciliación o ruptura?” En: Revista Venezolana de Estudios de la Mujer. Vol. 10, Nº 24. Caracas, Venezuela. 2005.
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