Imagen: "Holocausto de Astarté"- Ana Luisa Muñoz Flores
La violencia contra las mujeres: “Todo acto de violencia basado
en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o
psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de
la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada.”
(Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de la
Asamblea General de las Naciones Unidas de 1993.)
Para Laura Guzmán (1), es un fenómeno complejo que asume formas
muy diversas y que se ejecuta en ámbitos también muy diversos: en las
relaciones de pareja, en el hogar, en la calle, el trabajo, y como persecución
y violaciones en masa durante los conflictos armados.
Es en el seno de la familia donde se crean las primeras bases
para el ejercicio y aceptación de la violencia en contra de las mujeres como
parte de la vida cotidiana; es a la vez una de las esferas donde se practica
mayor violencia y en la que existe más impunidad.
Muchas investigadoras han llegado a afirmar que la casa es
posiblemente el lugar más inseguro para las mujeres, ya que es allí en donde
ocurren la mayoría de las agresiones.
La violencia contra la mujer es cualquier acto, omisión o
comisión, amenaza o control que se ejerza contra la mujer en cualquier esfera,
que pueda resultar en daño físico, emocional, sexual o intelectual.
Se le define también como violencia de género por cuanto se
ejerce contra las mujeres por el hecho de ser mujeres, con el propósito de
intimidarlas, castigarlas, humillarlas.
Mantenerlas subordinadas, negarles su dignidad humana, el
derecho a decidir sobre su sexualidad e integridad física, mental o moral,
menoscabar su seguridad como persona, respeto por sí misma y personalidad, o
disminuir sus capacidades físicas o mentales.
Muchas de las formas de violencia de género que se aplican a las
mujeres tienen que ver con el uso de formas de poder coercitivo, esto es, con
el uso de la fuerza o la amenaza para obligarlas a realizar actos que de otra
manera no aceptaría, para mantenerlas en una posición subordinada en contra de
su voluntad.
Como concluyó el Grupo de Expertos sobre Medicinas para Eliminar la Violencia contra la Mujer en su informe (citado por Guzmán): “Es parte de una continuidad que desde el poder legítimo (alguien hace algo porque es correcto que lo haga), pasa por el poder utilitario (alguien hace algo a cambio de algo), hasta el poder coercitivo... la violencia contra la mujer basada en la falta de igualdad entre el hombre y la mujer estaba indisolublemente vinculada con el poder, los privilegios y el control masculino” (Naciones Unidas/ Consejo Económico y Social, 1994).
Estas agresiones se ejercen de muchas maneras, abarcando formas
tan diversas tan como: La violencia física, emocional, intelectual y sexual
ejercida en el contexto familiar como agresión por parte del compañero, hijos o
padre, incesto, violación marital, discriminación económica y
explotación.
La violencia física, sexual, intelectual y emocional ejercida por parte de la sociedad en general como violación, abuso sexual, hostigamiento e intimidación en el trabajo. Tráfico de mujeres y prostitución forzada y la degradación de la imagen femenina en los medios de comunicación, los materiales educativos y la literatura.
La violencia física, sexual, intelectual y emocional perpetrada o tolerada por el Estado en todos los niveles de la sociedad, incluyendo el ámbito de las relaciones de pareja y familiar.
La violencia contra las mujeres es una forma de discriminación fundada en el sexo de las personas que limita seriamente las oportunidades de aquellas para disfrutar de los derechos y libertades fundamentales que están garantizados por ley sobre la base de la igualdad con los hombres, lastimando y humillando a sus víctimas. Produciendo temor y otros daños que con mucha frecuencia se justifican o exoneran por la costumbre, la religión y las tradiciones.
Todo tipo de violencia contra las mujeres, no solo la que ocurre
en el ámbito doméstico, tiene serias implicaciones para el núcleo familiar en
su conjunto en cada uno/ una de sus miembros: daños físicos y emocionales que
impiden un adecuado funcionamiento social, incapacidad para laborar dentro y
fuera de la casa, mayores niveles de estrés y hasta la muerte.
Indica Guzmán que el Informe sobre Desarrollo Mundial de 1993 del Banco Mundial destacó que en las economías de mercado debe atribuírsele a la violación y la violencia en la familia, la pérdida de uno de cada cinco días de vida saludable de mujeres en edad reproductiva y laboral.
Este mismo informe señaló, sin embargo, que es virtualmente
imposible calcular a cuánto asciende la pérdida para la sociedad, ya que al no
contar las mujeres con protección, libertad e igualdad, tampoco es posible
calcular las consecuencias totales de vivir bajo situaciones violentas
cotidianamente.
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(1) Cfr. Guzmán Stein, Laura Relaciones de género y estructuras familiares: reflexiones a propósito del año internacional de la familia. P. 10-11-12
Ana Luisa Muñoz Flores-Chile-Enero 4 de 2017
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