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18 de enero de 2017

LA ECOLOGÍA RADICAL O PROFUNDA: CRISIS DEL ESPÍRITU




Imagen: Cartagena- Chile-Ana Luisa Muñoz Flores


Leonardo Boff
ECOLOGÍA 
Grito de la Tierra, Grito de los Pobres 


La ecología radical o profunda: crisis del espíritu 

"Existe una última vía que no pretende invalidar a las otras pero que sí procura descender hasta las raíces de la cuestión. Por eso se llama ecología radical o profunda. Lo que ella pretende es discernir la cuestión fundamental: que la crisis actual es una crisis de la civilización hegemónica. 

Quiere esto decir que es la crisis de nuestro paradigma dominante, de nuestro modelo de relaciones más determinante, de nuestro sentido de vivir preponderante. ¿Cuál es el sentido primordial de las sociedades mundiales hoy? Ya lo hemos dicho: es el progreso, la prosperidad, el crecimiento ilimitado de los bienes materiales y servicios. 

¿Cómo se alcanza ese progreso? Mediante la utilización, explotación y potenciación de todas las fuerzas y energías de la naturaleza y de las personas. El gran instrumento para ello es la ciencia y la técnica que han producido el industrialismo, la informatización y la robotización. Estos instrumentos no han surgido por pura curiosidad sino de la voluntad de poder, de conquista y de lucro. 

El objetivo básico quedó bien formulado por los padres fundadores de nuestro paradigma moderno, Galileo Galilei, Rene Descartes, Francis Bacon, Isaac Newton y otros. Descartes enseñaba que nuestra intervención en la naturaleza busca hacernos «maítre et possesseur de la nature». Francis Bacon decía: debemos «subyugar a la naturaleza, presionarla para que nos entregue sus secretos, atarla a nuestro servicio y hacerla nuestra esclava». 

Con ello se creó el mito del ser humano héroe civilizador, Prometeo indomable, con el faraonismo de sus obras. En una palabra: el ser humano está por encima de las cosas para hacer de ellas condiciones e instrumentos de la felicidad y del progreso humanos. No se comprende al lado de ellas en una mutua pertenencia, como miembros de un todo mayor. Con esto hemos ya alcanzado el punto álgido sobre el que queremos reflexionar en profundidad." 


cfr. https://casamdp.files.wordpress.com/2013/08/boff-cap-i.pdf





Ana Luisa Muñoz Flores-Chile-Enero 18 de 2017


UNA NUEVA HUMANIDAD





Imagen: "Visitación", Ana Luisa Muñoz Flores Ana Luisa Muñoz Flores



COMO HUMANIDAD CRUZAMOS UN GRAN UMBRAL (1). APOSTEMOS POR EL SUEÑO COLECTIVO Y DEMOS NACIMIENTO A UNA NUEVA HUMANIDAD. 

Las nuevas investigaciones acerca de genética y cultura demuestran que existe la posibilidad de realizar cambios favorables para todo el género humano. Por el contrario, cuando hay una falta de adecuación entre un factor u otro se produce un desajuste biogénico y antropogénico. Estudios entre genética y cultura dicen que: 

“Esto es, la constatación desde las ciencias biológicas, la genética y las ciencias sociales y psicología del desarrollo, de que los cambios en los niveles físicos, biológicos, sociales, culturales y psicológicos se integran de manera dialéctica en una reorganización sistémica que transforma todo el programa genético. 

Gottlieb (1996) ha propuesto el nombre de epigénesis para caracterizar ese proceso integrado y flexible, continuamente renovado, que se da en cada organismo humano. Elder y Glen (1996) sostienen que los cambios socioculturales históricos que estamos viviendo están de hecho transformando el proceso y el producto mismos del desarrollo humano”. 


El comportamiento sexual, con las armonizaciones y conflictos que comporta, se forma y se desarrolla a medida que el ser sexuado, dotado de determinadas características genéticas, entra en interacción con el medio socio-cultural específico y sus estímulos singulares. Cuando ocurre una sintonía entre equipamiento genético y medio se instauran algunos comportamientos benéficos. 

Una de las principales funciones que hemos tenido las mujeres a través de la historia de la humanidad, ha sido dar a luz y cuidar del nuevo vástago. En la actualidad, el llamado no es solo a las mujeres, es también a todos los hombres a dar a luz una nueva humanidad. Ampliar nuestras concepciones , propios de un segmento y ampliar nuestras percepciones al de categoría “GÉNERO HUMANO”. 

Este en total dependencia con nuestro planeta Tierra. En el UMBRAL, corremos grandes riesgos. Pero en tiempos críticos, ha sido demostrado que se pueden desplegar todas las energías de reserva, para hacer conciencia que los unos con los otros somos interdependientes en todos los aspectos y como raza humana tenemos un destino común. Se hace necesario una sociedad global sostenible, en armonía con la naturaleza y con todos los seres humanos. 


ES NECESARIO CONSTRUIR UNA CIVILIZACION DE PAZ. El amor, el cuidado recíproco, la compasión y todas las cualidades que por miles de años se han reservado solo a unos pocos elegidos, o que son cualidades de mujeres, es una experiencia posible de ser compartida por todo el género humano. 

Hombres y mujeres unidos en un destino común, en una conciencia planetaria, elevará a la raza humana a horizontes inimaginados, asevera Humberto Maturana, en su libro “El árbol del conocimiento”. 

Una de las principales funciones que hemos tenido las mujeres a través de la historia de la humanidad, ha sido dar a luz y cuidar del nuevo vástago. En la actualidad, el llamado no es solo a las mujeres, es también a todos los hombres a dar a luz una nueva humanidad. 

Ampliar nuestras concepciones de intereses parciales, propias de un segmento y volcar nuestras energías al de categoría “GÉNERO HUMANO”. Este en total dependencia con nuestro planeta Tierra. 

En el UMBRAL, corremos grandes riesgos. Pero en tiempos críticos, ha sido demostrado que se pueden desplegar todas las energías de reserva, para hacer conciencia que los unos con los otros somos interdependientes en todos los aspectos y como raza humana tenemos un destino común. Se hace necesario una sociedad global sostenible, en armonía con la naturaleza y con todos los seres humanos. 

ES NECESARIO CONSTRUIR UNA CIVILIZACION DE PAZ. El amor, el cuidado recíproco, la compasión y todas las cualidades que por miles de años se han reservado solo a unos pocos elegidos, o que son cualidades de mujeres, es una experiencia posible de ser compartida por todo el género humano. Hombres y mujeres unidos en un destino común, en una conciencia planetaria, elevará a la raza humana a horizontes inimaginados. Dice Humberto Maturana, en su libro “El árbol del conocimiento”.(2) 

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(1) Muñoz Flores, Ana Luisa. "Umbral. Una invitación para soñar"

(2). Humberto Maturana y Francisco Varela. El árbol del conocimiento. Editorial universitaria. 1986 



Ana Luisa Muñoz Flores-Chile-Enero 17 de 2017

VISIÓN DE FUTURO DE LA ESPECIE HUMANA




Imagen: Maternidad-Ana Luisa Muñoz Flores



ESPECIE HUMANA: CONCEPTO FUNDAMENTAL QUE ENGLOBA UNA VISIÓN DE FUTURO 


Dice Humberto Maturana: “No es el conocimiento, sino el conocimiento el que obliga. No es el saber que la bomba mata, sino lo que queremos hacer con la bomba lo que determina que la hagamos explotar o no. Esto, corrientemente, se ignora o se quiere desconocer para evitar la responsabilidad que nos cabe en todos nuestros actos cotidianos, ya que todos nuestros actos, sin excepción, contribuyen a formar el mundo en que existimos y que validamos precisamente a través de ellos, en un proceso que configura nuestro devenir. Ciegos ante esta trascendencia de nuestros actos pretendemos que el mundo tiene un devenir independiente de nosotros que justifica nuestra irresponsabilidad en ellos, y confundimos la imagen que pretendemos proyectar, el papel que representamos, con el se que verdaderamente construimos en nuestro diario vivir”. (1) 

Todas las especies vivas funcionan por medio de mecanismos que favorece a toda su especie. No ocurre así en la raza humana. 

La especie humana está sumamente dividida, motivo por la cual los intereses de un grupo es diferente con el de otro e incluso antagónico hasta la muerte. 

Es el momento ya de ascender a una nueva conciencia, no parcial, sino planetaria, tanto como género humano como seres que habitamos en una misma casa “nuestro planeta tierra”. El hecho de adoptar una conciencia de género humano podríamos llegar a ascenderá a modos de vida inimaginables. 

Observando las leyes del universo tales como la solidaridad cósmica, porque todo está interrelacionado e interconectado. 

Nada queda excluido, ni un miserable polvo del planeta. Cada cual es cómplice y responsable de la vida del otro. Es en esa sinergia que la vida funciona. 

Cada ser humano, desde su propia perspectiva, en el lugar en que se encuentra ubicado, puede hacer la nueva sinergia, las asociaciones, las redes. 

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(1) Humberto Maturana y Francisco Varela. El árbol del conocimiento. Editorial universitaria. 1986 


Ana Luisa Muñoz Flores-Chile-18 de Enero de 2017

17 de enero de 2017

NACIMIENTO DE UNA NUEVA HUMANIDAD



Imagen: "Luminiscencia"-Ana Luisa Muñoz Flores




COMO HUMANIDAD CRUZAMOS UN GRAN UMBRAL. APOSTEMOS POR EL SUEÑO COLECTIVO Y DEMOS NACIMIENTO A UNA NUEVA HUMANIDAD. 



Las nuevas investigaciones acerca de genética y cultura demuestran que existe la posibilidad de realizar cambios favorables para todo el género humano. Por el contrario, cuando hay una falta de adecuación entre un factor u otro se produce un desajuste biogénico y antropogénico. Estudios entre genética y cultura dicen que: 

“Esto es, la constatación desde las ciencias biológicas, la genética y las ciencias sociales y psicología del desarrollo, de que los cambios en los niveles físicos, biológicos, sociales, culturales y psicológicos se integran de manera dialéctica en una reorganización sistémica que transforma todo el programa genético. 

Gottlieb (1996) ha propuesto el nombre de epigénesis para caracterizar ese proceso integrado y flexible, continuamente renovado, que se da en cada organismo humano. Elder y Glen (1996) sostienen que los cambios socioculturales históricos que estamos viviendo están de hecho transformando el proceso y el producto mismos del desarrollo humano”. 

El comportamiento sexual, con las armonizaciones y conflictos que comporta, se forma y se desarrolla a medida que el ser sexuado, dotado de determinadas características genéticas, entra en interacción con el medio socio-cultural específico y sus estímulos singulares. Cuando ocurre una sintonía entre equipamiento genético y medio se instauran algunos comportamientos benéficos. 

Una de las principales funciones que hemos tenido las mujeres a través de la historia de la humanidad, ha sido dar a luz y cuidar del nuevo vástago. En la actualidad, el llamado no es solo a las mujeres, es también a todos los hombres a dar a luz una nueva humanidad. 

Ampliar nuestras concepciones , propios de un segmento y ampliar nuestras percepciones al de categoría “GÉNERO HUMANO”. Este en total dependencia con nuestro planeta Tierra. En el UMBRAL, corremos grandes riesgos. 

Pero en tiempos críticos, ha sido demostrado que se pueden desplegar todas las energías de reserva, para hacer conciencia que los unos con los otros somos interdependientes en todos los aspectos y como raza humana tenemos un destino común. Se hace necesario una sociedad global sostenible, en armonía con la naturaleza y con todos los seres humanos. 


ES NECESARIO CONSTRUIR UNA CIVILIZACION DE PAZ. El amor, el cuidado recíproco, la compasión y todas las cualidades que por miles de años se han reservado solo a unos pocos elegidos, o que son cualidades de mujeres, es una experiencia posible de ser compartida por todo el género humano. 

Hombres y mujeres unidos en un destino común, en una conciencia planetaria, elevará a la raza humana a horizontes inimaginados, asevera Humberto Maturana, en su libro “El árbol del conocimiento”. 

Una de las principales funciones que hemos tenido las mujeres a través de la historia de la humanidad, ha sido dar a luz y cuidar del nuevo vástago. En la actualidad, el llamado no es solo a las mujeres, es también a todos los hombres a dar a luz una nueva humanidad. 

Ampliar nuestras concepciones de intereses parciales, propias de un segmento y volcar nuestras energías al de categoría “GÉNERO HUMANO”. 

Este en total dependencia con nuestro planeta Tierra. En el UMBRAL, corremos grandes riesgos. Pero en tiempos críticos, ha sido demostrado que se pueden desplegar todas las energías de reserva, para hacer conciencia que los unos con los otros somos interdependientes en todos los aspectos y como raza humana tenemos un destino común. Se hace necesario una sociedad global sostenible, en armonía con la naturaleza y con todos los seres humanos. 

ES NECESARIO CONSTRUIR UNA CIVILIZACION DE PAZ. El amor, el cuidado recíproco, la compasión y todas las cualidades que por miles de años se han reservado solo a unos pocos elegidos, o que son cualidades de mujeres, es una experiencia posible de ser compartida por todo el género humano. 

Hombres y mujeres unidos en un destino común, en una conciencia planetaria, elevará a la raza humana a horizontes inimaginados. Dice Humberto Maturana, en su libro “El árbol del conocimiento”. 

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Humberto Maturana y Francisco Varela. El árbol del conocimiento. Editorial universitaria. 1986


Ana Luisa Muñoz flores-Chile Enero 17 de 2017

16 de enero de 2017

INTERRELACIÓN MASCULINO-FEMENINO








Imagen: "El beso"-José Luis Toledo Bravo



NO HAY TIEMPO PARA RESENTIMIENTOS 



De acuerdo a las investigaciones arqueológicas las relaciones masculinas-femeninas armónicas fueron las más largas. 

Duró un millón y medio de años, en equilibrio con la naturaleza y permanecen en el inconsciente colectivo. Es nuestra permanente añoranza de un al parecer paraíso perdido. La raza humana como especie, fue producto de la solidaridad mutua. La violencia es reciente en la historia evolutiva humana. 

En las primeras etapas de la humanidad, hombres y mujeres vivían integradamente. Con el advenimiento de la fase patriarcal y la introducción del sometimiento por medio de la violencia, donde lo masculino se apropia del dominio público y lo femenino supeditado a espacio privado. (No se habla de hombres agresores o mujeres víctimas propiamente tal. Sino de sociedades patriarcales estructurales que dan origen a un tipo de pensamiento y que generan condiciones opresivas). 

En la cosmología androcéntrica los valores misóginos adquieren soberanía, como una manera de perpetuar los nuevos órdenes de dominio. 

Sin embargo, nadie se queda ajeno al sufrimiento. Más o menos, todos heredamos las heridas de nuestros predecesores: hiperracionalidad, resentimientos, angustias, racismos, heridas mentales, disfunciones, soledades, ambiciones desmedidas, hambres de venganza, hambres desmedidas de acumulación, etc. Ricos y pobres, hombres y mujeres, niños y adultos todos víctimas y victimarios de una percepción de mundo que nos está asesinando como especie humana. 


No hay ya tiempo de resentimientos. Todos conocemos las grandes desigualdades, podríamos adentrarnos en tomos y tomos de estadísticas. No se pretende aquí cambiar o adaptar las herramientas ideológicas del “opresor” para que puedan se usadas en contra de éste y a favor del “oprimido”. 

Lo que se sugiere es cambiar a través de todos los medios pertinentes y existentes un cambio en los símbolos que reflejan los valores de nuestra sociedad, incluyendo los símbolos religiosos, políticos, educativos, etc. La mayoría, han servido para justificar la opresión. Los símbolos opresivos se desvanecen cuando ya no poseen los sustentos y pilares que los erigen. 

Es necesario hacer conciencia que tanto los que manejan los poderes y los que son objetos de él mismo recurren a los mismos símbolos para definir sus relaciones sociales y divinas: una compleja interrelación de roles de autoridad y sumisión, en los diferentes estamentos, en que nos encontremos ubicados. 

Ambos papeles son igualmente destructivos en una interacción saludable, puesto que los unos y los otros se sitúan en calidad de objetos. Los unos siendo objetos de su propio poder, para poder mantenerlo y perpetuarlo y los otros desautorizados en su propia autoestima. 

Un cambio sustantivo y cualitativo de los códigos que legitiman concepciones que mantienen a la humanidad sometida a un estado infantil, como estado de velación de la humanidad es un punto de partida, para reconstruir los senderos que en la actualidad se han tornado brumosos. 

No hay tiempo para resentimientos o venganzas, por muchas heridas que individualmente hayamos recibido a través de nuestras vidas, sean nuestros padres, hermanos, vecinos, profesores, grupos políticos u otros enemigos declarados o tácitos. 

La mujeres como seres humanos contamos con toda un bagaje orgánico, perceptual y sensorial que nos abre a la experiencia del ser. Ser es el verbo que establece las relaciones de profundidad en todos los verbos, tales como intuir, razonar, amar, imaginar, hacer, actuar, así como la valentía, la esperanza y el juego que están siempre ahí cuando realmente estamos viviendo. 

Desde dentro del actual sistema de cosas, siempre seremos marginales y tendremos que “pelear” nuestra cuota de poder, participación o paridad. 

No es desde aquí que yo planteo vivenciarnos. Sino desde otro plano que nos valide por nosotras mismas, sin tener que acudir a entes ajenos, para ello. Un replantearse, no desde un segmento de la humanidad, sino como especie humana, que no puede sobrevivir individualmente y ajena a la totalidad del planeta. 

La globalización depredadora, como se tiene conocimiento, ha nacido por la necesidad de las comunicaciones instantáneas, vía red de trueques comerciales, que enriquecen al minuto a personas individuales y empobrecen a millones de personas simultáneamente. También es capaz de bombardear simultáneamente millones de mentes acríticas, hegemonizando razonamientos y manipulando mentes. 

Sin embargo, esta era global, también da la posibilidad que otros seres humanos críticos, propongamos con más fuerza nuestra conciencia colectiva de “ESPECIE HUMANA”, la cual fue la que dio paso del estado animal a ser humano, provistos de emociones, creatividad, reciprocidad, intercambio, inteligencia, libertad, etc.. 

Es por esta razón, que las mujeres como género, tenemos muchas tareas por delante: debemos velar no solo por nuestra integridad, sino el de toda la raza humana, la cual no se sustenta a sí misma sólo como especie, sino que está interrelacionada con todas las especies y el planeta en general. 

Lo cual no significa, un estado de neutralidad ideológica, como algunos entienden o un estado pasivo y cómodo de enfrentar la vida. Por lo general, somos utilizadas por todas las concepciones, en beneficio de segmentos de la humanidad. Por el contrario, esta manera de percibir nuestra realidad nos hace comprometernos más en la gestación de un futuro común a la humanidad y a la tierra, casa de todos los vivientes 




Ana Luisa Muñoz Flores-Chile-Enero 16 de2017 


SOMOS PARTE DE UN TODO MAYOR


Imagen: Valle del Elqui- Chile-Ana Luisa Muñoz Flores




SOMOS PARTE DE UN TODO MAYOR 


Existe una solidaridad cósmica entre los seres humanos, los seres vivientes y la tierra. Todos somos parte de un todo mayor. Hay una interdependencia mutua de unos con otros y de todos entre sí. 

El hombre y la mujer concebidos como responsables de las leyes cosmogenéticas que rigen el curso de la vida. 

Vida que se viene generando hace 3.800 millones de años. 
Y todas se entrelazan entre sí con redes de Inter.-retroconexiones, conformando una totalidad única, compleja y diversa. 

Así, la sexualidad emergió hace mil millones de años como un momento avanzado de la vida. El universo conoce bifurcaciones y es un sistema abierto cargado de sorpresas. 

Pero también existe la llamada flecha del tiempo, que apunta siempre hacia delante y hacia arriba, constituyendo órdenes cada vez más complejos e impregnados de espíritu. 

El hombre y la mujer como resultado de esa flecha y la construcción histórico-social de los sexos. Tendencia que apunta a la reciprocidad y a la complementariedad. 



Ana Luisa Muñoz Flores- Chile- Enero 16 de 2017

UNA NUEVA COSMOVISIÓN








Imágen: "Beso estelar" Ana Luisa Muñoz Flores



UNA NUEVA COSMOVISIÓN 



Una cosmovisión, basada en la reciprocidad y la solidaridad. No está referida a grupos, instituciones u otros de dicha índole propiamente tal. La paridad, sólo adquiere sentido, si los valores de la institución primaria, tales como el afecto, el cuidado, la protección, la justicia, se introducen como forma de vida y no ser absorbidos por los patrones de conducta que se reprueban. 

No se trata de adherirse a causas irreflexivamente, ya que los grupos y organismos institucionalizados por lo general absorben mucha energía femenina, las cuales debemos ser doblemente más eficaces para ser reconocidas en un mundo fuertemente competitivo. 

Se trata de encontrar en nuestras propias profundidades del SER aquellos símbolos y signos que nos permitan transitar por lugares luminosos y nutrientes. 

Un nuevo lenguajear (1) , cambiará nuestras maneras de relacionarnos y junto con ello, la humanidad se hará a sí misma, incluso sus códigos genéticos. Todo se hereda, incluso nuestros rencores. Si somos capaces de mirar desde más alto, no nos veremos como enemigos unos con otros y el afán de posesionarse de las cosas materiales o las personas, ya no tendría sentido, puesto que ese mismo afán nos ha hecho infelices como seres humanos.

Esta cosmovisión, sólo se puede adquirir al margen de intereses personales y de grupo, independiente de nuestras afinidades. Sólo así posee solidez. 

Esta cosmovisión, exige ver a todos los seres humanos y la tierra como una unidad, ya que no somos al margen de ella. 

Quien es capaz de maltratar y explotar a la tierra, maltrata y explota a la mujer: sacar desde dentro de sus extrañas todas sus riquezas y reemplazarlo por un útero estéril. Una sociedad que no se preocupa del bienestar de las mujeres, tampoco se preocupa de los niños, ni nada que pueda parecer más débil o sin importancia.


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(1) http://www.comitepaz.org.br/Maturana4_3.htm


Ana Luisa Muñoz Flores-Chile 15 de Enero de 2017

NUEVOS ÓRDENES A PARTIR DEL GÉNERO





Imagen: "Mujeres aprendiendo estampado" - Chile-Ana Luisa Muñoz Flores



NUEVOS ÓRDENES SOCIALES A PARTIR DEL GÉNERO 



A partir del siglo XX, se comienza a hablar de la emergencia del mundo social de una nueva conciencia, el de la era globalizada, un pensamiento unificador. Pero cuál sería éste. Se observa que crecientemente la raza humana (principales responsable los que sustentan los diferentes poderes) se va separando de la naturaleza, al instrumentalizar y objetar su entorno. Esto incluye, sus relaciones sociales, económicas, personales, con la tierra y todo lo que se mueve sobre su faz. 

El concepto de dominio y apropiación está implícito en todo el proceso de socialización, y esto es lo que permite perpetuar el actual orden social económico, desde la más tierna infancia, por medio de la velación de la mente y a través de las diferentes instituciones de la sociedad. 

La especie humana, se construye a sí misma y cada individuo, hombre o mujer tiene responsabilidades sobre ella. 

La era tecnológica es un umbral de mutación. Los geólogos concuerdan en que después del año 2050, la especie humana habría sobrepasado el punto de retorno y sería extremadamente difícil revertir el proceso de destrucción: el calentamiento del clima, el derretimiento de los cascos polares, el saqueo de los recursos naturales, el agotamiento de las energías no renovables, etc., de seguir en esta carrera depredativa. En épocas anteriores, existían alternativas, ya que la crisis no era globalizada. Hoy en día, es estructural y terminal. 

Es Global, ya que abarca todo el planeta, y ningún segmento de la humanidad hoy está libre, ni tampoco ninguna forma de vida. Es terminal, ya que la depredación de ninguna especie, incluida la mujer y todos los seres humanos explotados no puede ser ilimitada. 

Las mujeres debemos tomar conciencia no sólo de género, sino de “ESPECIE HUMANA”. Vale decir, que nuestra mirada hacia el futuro no sólo involucra paridad, sino modificar desde dentro los soportes emocionales y cognitivos que sustentan una cosmovisión de un mundo desequilibrado y caótico construido en base a guerras y depredación de las especies, incluidas nosotras mismas. 

Nosotras, hemos sido instrumentalizadas por miles de años. El sexo ha servido de soporte a la organización social y a la elaboración de valores. La mujer funciona, en la norma social, como una señal semejante al lenguaje, señal que realiza la sociabilidad. 

Esto implica necesariamente que hemos sido objeto de reproducción de patrones de sociabilidad ambivalentes, dadas las condiciones objetivas de los sistemas patriarcales. Hadas y brujas, habitan en nosotras, diosas benefactoras o diosas vengativas. 

Ambivalencias que conducen a disfunciones sexuales. Por medio de la socialización acrítica, fomentamos el afán de poder, de la competencia y del dominio en las nuevas generaciones. Reproductoras de sistemas sociales que en la actualidad van en desmedro de nosotras mismas: 

- El 98% de las riquezas de la tierra, está en manos de varones y sólo el 2%, pertenece a las mujeres. 
- En el año 2003 de los 225 varones más ricos del mundo que posee el capital de 2.500 millones más pobres, de esos 2500 millones más pobres, el 80% son mujeres. 
- Se gastan en armamento 780.000 millones de dólares, frente a 12.000 que se gastan en la salud reproductiva de las mujeres. 

Los Estados y los mercados no son neutros en géneros. Operan a partir de desigualdades, en dinámicas asimétricas, con respecto a los ciudadanos y ciudadanas. 

Cualquier discurso, a partir de nuestro género es considerado “sospechoso”. Incluso al interior de los mismos hogares. El feminismo ha sido degradado y despierta suspicacias incluso entre las mismas mujeres. 

Las iniquidades en contra de la mujer institucionales o por medio de otras vías, no sólo afecta al género, sino a toda la especie humana. Cualquier violentación vía palabra, omisión o hecho repercutirá tarde o temprano en toda la raza humana, en nuevos ciclos de deshumanización. 

Por el contrario, una conciencia basada en la solidaridad, reciprocidad mutua, sin afanes de dominación, acumulación, instrumentalización elevará a la raza humana a un mundo sin fronteras inimaginados al ser humano contemporáneo. 


Ana Luisa Muñoz Flores- Chile- 15 de Enero de 2017
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