Imagen: "Ensueño". Ana Luisa Muñoz Flores
Las perlas se forman en la
adversidad
Una ostra que nunca ha sido herida,
no es capaz de producir perlas.
Las perlas son el resultado de una
intrusión, de la entrada de una sustancia extraña, como un grano de arena, al
interior de la ostra.
Cuando esto sucede, la ostra se
defiende produciendo nácar, una sustancia que se encarga de cubrir ese grano de
arena con diferentes capas. Así logra proteger su cuerpo indefenso.
Como resultado, se forma una perla
preciosa, que no es más que una herida cicatrizada.
El proceso resiliente es muy
parecido a la creación de esa perla. Muchas personas solo cultivan
resentimiento, miedo y rencor, por lo que la herida se queda permanentemente
abierta y causa dolor.
Sin embargo, hay personas que
aprenden a colocar capas de aceptación, perdón y amor. De esta forma, no solo
logran que la herida cicatrice, sino que adquieren algo aún más valioso: un
aprendizaje que las hace más fuertes.
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