El término sexo
Hace referencia a la base biológica de las diferencias entre hombres y mujeres; es decir, diferencias hormonales, genitales y fenotípicas (1)
Sexismo
Es
la asignación de valores, capacidades y roles diferente a hombres y mujeres,
exclusivamente en función de su sexo, desvalorizando lo que hacen las mujeres frente a lo que hacen
los hombres “lo que tiene importancia” “que es lo que está bien”:
“Así también ustedes, las
esposas, sométanse a sus esposos…Que el adorno de ustedes no consista en cosas externas…” Así fue Sara,
que obedeció a Abraham y lo llamó “mi señor”. Y ustedes son hijas de ella, si
hacen el bien… (1 San Pedro 3: 1-5)
Es
sexismo ese conjunto de métodos empleados. Porque las palabras no se las lleva
el viento, una sociedad androcéntrica y
que determinan una situación de inferioridad, subordinación y explotación.
Diferencia entre machismo y patriarcado
Mientras
que el machismo es una actitud y una conducta (individual o colectiva), el
patriarcado es toda la estructura social en la que muy diversos factores se
entrelazan y refuerzan mutuamente para hacer posibles las actitudes y conductas
machistas: categorías conceptuales, esquemas de percepción, universo simbólico,
leyes, costumbres, instituciones, organización económica, educación,
publicidad, etc.
Gilania
Para
describir la alternativa real a un sistema basado en la jerarquización de (fundamentalmente
una mitad de la humanidad sobre la otra, Riane Eisler, 1996, (2), propone el
termino gilania (gylany). Gy deriva de la raíz griega gine, o “mujer” An deriva de andros, u
“hombre”. La letra l entre ambas tiene un doble significado. En inglés
representa la vinculación entre ambas
mitades de la humanidad, más que jerarquización, como en androcracia.
En griego deriva del verbo lyein o lyo, que a su vez tiene un doble significado: solucionar o resolver
(como en análisis) y disolver o
liberar (como en catálisis).
En ese sentido, la letra L significa la resolución de nuestros problemas a través de la liberación de ambas mitades de la humanidad, de la rigidez de papeles, inútil y deformadora, impuesta por las jerarquías de dominación inherentes a sistemas androcráticos.
En ese sentido, la letra L significa la resolución de nuestros problemas a través de la liberación de ambas mitades de la humanidad, de la rigidez de papeles, inútil y deformadora, impuesta por las jerarquías de dominación inherentes a sistemas androcráticos.
Esto
nos lleva a una distinción crítica entre dos tipos de jerarquía enteramente
diversos, distinción esta que no es hecha en el uso lingüístico convencional.
Como es utilizado aquí, el término jerarquía se refiere a sistemas de supremacía humana basados en la fuerza o en la amenaza de fuerza. Estas jerarquías de dominación son bien diferentes de un segundo tipo de jerarquía, las cuales propone sean llamadas jerarquías de realización.
Como es utilizado aquí, el término jerarquía se refiere a sistemas de supremacía humana basados en la fuerza o en la amenaza de fuerza. Estas jerarquías de dominación son bien diferentes de un segundo tipo de jerarquía, las cuales propone sean llamadas jerarquías de realización.
Estas
son las jerarquías familiares de sistemas dentro de sistemas; por ejemplo, de
moléculas, células y órganos del cuerpo: progresión rumbo a un nivel superior,
más complejo y evolucionado de función.
En contraste, las jerarquías de dominación característicamente inhíben la realización de funciones más elevadas, no sólo en el sistema social como un todo, sino también en el individuo.
Este es el motivo primordial de por qué un modelo gilánico de organización social revela posibilidades evolutivas mucho mayores para nuestro futuro, en comparación a un modelo androcrático.
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(1) Cfr. Espinar Ruiz, Eva. Violencia de género y procesos de empobrecimiento. Tesis Doctoral Dpto. Sociología II. Universidad de Alicante. Pp 27
(2) Cfr. Eisler, Riane “El Cáliz y la Espada”, 1996. Ed. cuatro vientos. Pp.119.
En contraste, las jerarquías de dominación característicamente inhíben la realización de funciones más elevadas, no sólo en el sistema social como un todo, sino también en el individuo.
Este es el motivo primordial de por qué un modelo gilánico de organización social revela posibilidades evolutivas mucho mayores para nuestro futuro, en comparación a un modelo androcrático.
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(1) Cfr. Espinar Ruiz, Eva. Violencia de género y procesos de empobrecimiento. Tesis Doctoral Dpto. Sociología II. Universidad de Alicante. Pp 27
(2) Cfr. Eisler, Riane “El Cáliz y la Espada”, 1996. Ed. cuatro vientos. Pp.119.
Ana Luisa Muñoz Flores-Chile Diciembre 9 de 2016
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